Objetivos específicos de lavado de manos
Evita la transmisión de infecciones nosocomiales o asociadas a la atención sanitaria. Recuerda, la higiene de manos es una medida simple pero poderosa. Lava tus manos después de tocar mascotas, plantas o superficies exteriores. Reduce el riesgo de infecciones respiratorias como la gripe y el resfriado.
Promueve la responsabilidad social y el respeto por los demás. Reduce la probabilidad de reacciones alérgicas cutáneas o respiratorias. El lavado de manos es una herramienta fundamental en la lucha contra la propagación de epidemias.
Reduce la transferencia de gérmenes en espacios públicos y compartidos. Promueve hábitos de higiene saludables en niños desde temprana edad. Mantiene la piel limpia, fresca y con un aspecto saludable. Elimina los residuos químicos que puedan estar presentes en tus manos.
Ayuda a preservar la eficacia de estos medicamentos esenciales. Evita contaminar superficies y objetos que otras personas puedan tocar.
Evita la ingestión accidental de sustancias nocivas al tocarte la cara. Facilita el control de alergias y mejora la calidad de vida. Lava tus manos antes de cocinar, servir o comer. Minimiza la exposición a alérgenos presentes en el entorno.
El lavado reduce la necesidad de antibióticos innecesarios. Lava tus manos después de usar el transporte público, tocar manijas o utilizar baños públicos. Especialmente importante después de manipular productos de limpieza o pesticidas.
Participa activamente en la construcción de un futuro más saludable. El lavado adecuado previene la propagación de enfermedades infecciosas comunes.